Menos mal que me muevo mucho, hoy ha tocado enfrentarme al monstruo matutino de los viernes. Me he levantado y con los ojos pegados he pagado los excesos de la semana (fin de semana incluido). Gracias a que me muevo mucho no he subido de peso, estoy igualita.
Casi no me peso porque ya me veía venir el resultado, no me centro, con lo cual hago un día bueno y tres regulares. Anoche cayó una pizza enterita con sus correspondientes tres copas de cava. Me flagelo yo solita, pero cuando tengo la oportunidad de meterme esas delicias no se renunciar a ellas. Suerte que como decimos siempre: tiene solución, el problema es que llega el fin de semana y hoy mismo (que es viernes) ya hemos planeado ir a comer cerca del mar. Habrá que analizar la carta y pedir lo menos malo.
Besos
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